Alexandre Cabanel - Eco
Tantas
veces quise matarte
o
morir.
Hoy
estoy apocalíptica,
huelo
el final como una presa
y
eso me enloquece.
El
hedor de la sangre
poblando
las arterias.
Esta
noche la luna
ha
puesto el fulgor
de
los lobos en mi mirada,
un
abismo rojo como
los
precipicios de la carne
y
dientes como garras,
encías
habitadas por el odio.
Esta
noche es un camposanto
donde
enterrar la soledad.
No
habrá otra erección
que
la de los ahorcados,
ni
más banquete
que
el de las larvas.
Cuando
el gusano besa
el
vientre de los muertos
lo
hace con pasión
indescriptible.
Me
ha abandonado el corazón,
su
frenético ritmo
de
bandada.
Y
voy por los rincones
pidiendo,
voz en grito
un
alma para echarme
a
los hombros del olvido.
Ese
olor a final, ese olor
me
enloquece,
me
impele a cometer
atroz
asesinato.
Esta
página, esta página
en
blanco ha muerto
entre
mis manos.
Princesa
de la noche,
mi
manzana perdida,
habita
en sus tinieblas.
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