Este traje de perro que llevo,
traje
de malhechor
muerto
hace siglos en esta tierra,
y
en que los huevos del tiempo dejan su magra trompa,
quiere
erguirse como soldado, ir a la sierra
donde
mataron al Comandante.
Pero
¡qué
piernas cansadas! Si llevo
tres
mil años metidos en esta pirámide, podrido, glacial,
y
América, qué América, exigiendo, siempre exigiendo
machos
terribles, y no
un
animal cansado como yo, angélico, lúbrico, ensimismado,
haciendo
versos huevones que nadie lee,
que
ni yo mismo leo,
porque
aprendí a escribir sin haber leído el libro del mundo.
Madre
vuélveme
a parir
a parir
de nuevo,
tírame
al barro,
quiero
ser un soldado saliendo de una casa vacía,
lejos
de los poetas,
o
de las putas con alas de mariposa,
o
por
último
déjame
en Bolivia, aunque me corten los dedos
con
los que intento escribir
esta
canción
de
loco
derrotado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario