Extracto de la novela "La Náusea".
Las
ciudades me dan miedo. Pero no hay que salir de ellas. Si uno se aventura
demasiado lejos, encuentra el círculo de la Vegetación. La Vegetación se ha
arrastrado kilómetros enteros en dirección a las ciudades. Aguarda. Cuando la
ciudad esté muerta, la Vegetación la invadirá, trepará por las piedras, las
estrechará, las escudriñará, las hará estallar con sus largas pinzas negras;
cegará los agujeros y dejará colgar por todas partes sus patas verdes. Hay que
quedarse en las ciudades mientras estén vivas, no se debe penetrar solo bajo la
gran cabellera que está a sus puertas; es preciso dejarla ondular y crujir sin
testigos. En las ciudades, si uno sabe arreglarse, escoger las horas en que los
animales digieren o duermen en sus agujeros, detrás de los montones de detritos
orgánicos, sólo se encuentran minerales, los existentes menos horrorosos.
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